Y la maldita soledad me esta matando, mi alma esta llorando y mi pobre corazón desangrándo. Se de donde vengo más no ha desaparecido mi dolor, porque yo siempre recuerdo tus olvidos, más nunca me olvido de tu recuerdo.
Mi vida entera es una poesía porque soy una enferma terminal de la melancolía.
Tanto me dolía que aprendí a ser un faquir y ya solo encuentro alivio en el delirio de escribir. Soy un solitario entre mil rosas y desiertos, el chaman de las montañas de tus labios y si algo es cierto es que a esta señorita a la que llaman soledad en un profundo segundo la confundo con la libertad.
Sueño con todos tus besos ya tan lejanos, con el tiempo que se escapa como el agua entre mis manos..
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