Si me llegan a decir que el tiempo pasaría tan rápido de verdad
que no lo creería. Estos 8 meses han pasado en un abrir y cerrar de ojos. Y es
que claro, cuando te lo pasas bien y disfrutas con lo que haces el tiempo pasa
sin que casi te des cuenta.
Muchos días han sido
los que nos hemos quedado hasta las 10 allí, en nuestra segunda casa, haciendo
trabajos y maldiciendo el momento en el que decidimos dejarlo todo para última
hora. Allí hemos comido tantos y tantos días que se nos hace raro comer en platos
y no directamente del tupper. Porque este verano echaremos de menos las
palmeras de chocolate, al rubio del tatuaje y al señor Wolo.
Pero lo que más
echaremos de menos será las unas a las otras. Las risas han sido infinitas
desde el primer momento en el que todas nos juntamos, porque lo que no nos pase
a nosotras no le pasa a nadie. Porque nos complementamos. Somos diferentes pero
a la vez tan iguales...
Siempre he creído
en el destino y ahora entiendo el porqué de todo. Seguramente estaba escrito que
nos conociéramos...
Gracias por cada uno de los momentos, por cada palabra y por
cada hecho. Gracias por el apoyo, por la comprensión y por cuidarme. Gracias
por existir.
Las capillitas a los altares. OQL+G
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